Amor propio

Abraham Gragera

Audio realizzato a Madrid, Spagna, il 25/08/2017 da Alessandro Mistrorigo

Poema in Spagnolo

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Amor propio

I. CATALINA
Si bajo mis palabras no hace frío, es porque imitan tu forma de tejer. 

Si mis canciones son sólo murmullos, es porque tú cantabas así mientras tejías, como acunando a los que no han nacido. 

Si en mis palabras todo está presente, es porque nos miramos todavía, hasta llegar a ser
                            
lo que ven dos espejos cuando nada se interpone en su reflejo mutuo.

II. HACIENDO PICÓN
Yo recogía ramas más pequeñas, terrones rotos con el zacho, y después me sentaba: la pira que él tejía como un nido, el humo somnoliento, las ascuas cenicientas que el aire pretendía pegar en el talón del cielo azul, huellas de rostros, rastros de caracoles perdidos en la escarcha: tan callando.

Él sonreía, absorto en su tarea de dar a luz al fuego, de dormirlo para llevarlo a casa, al calor de los suyos, como el hombre que sabe que va a morir al hombre: renunciando.

III. LAVANDERA
El bieldo y el rastrillo, la hoz, la majadera, las tinajas boyantes de aceitunas en agraz: qué música tañían, mientras la fruta del verano tardío se adurmía en la habitación de atrás, y el agua lavandera se escurría, con antojos de río, de las cumbres nevadas del pilón; música que los ojos no entendían, pero que oí, cuando ella me abrochó los últimos botones del jersey, con el olor de las sábanas recién tendidas, y la lisura de los mangos de los aperos, del vientre maternal de las tinajas, en sus manos vacías: manos humildes, que devolvían a las cosas el orgullo de ser ciertas. 

IV.  JUAN
En la cabra y la vid está tu pueblo, 
en los ojos del búho, en lo manso del río. 
En la higuera sin culpa está tu pueblo, 
en la concha sin nombre, en la plaza vacía.

Debajo de tu rostro está tu pueblo,
al fondo de tus ojos, como en la tierra buena.
En la sonrisa muda de las sombras
que hasta en sus sueños fueron humilladas.

En la sombra del mundo está tu pueblo.
Las aves de tu frente abren sus alas,
y la vieja alabanza, en la noche errabunda,
vuelve para mostrarles el camino.

V. EL HORNO
Amasando la arcilla cosechada, fabricando ladrillos y tejas, en el horno. Así sobrevivieron a la historia: se juntaban, al llegar la noche, y a la luz del candil formaban un nuevo círculo, donde los vivos cuentan a los vivos, para siempre. Y cantaban después de la cena, y reían con humor irreverente, o lloraban un poco al recitar poemas en futuro que lloraban con ellos, de memoria, de tanta iniquidad acumulada, tanta renuncia, tanta indiferencia, y tanta compasión que nada pudo.


O Futuro (Pre-Textos 2017)